¿Cuál es tu objetivo?

Has de ser realista a la hora de ponerte un objetivo, ya que cuando te esfuerzas por algo que quieres de verdad, pero no está en tus manos conseguir, es posible que no lo consigas y todo el esfuerzo se convierta en un fracaso; un fracaso que te desmotivará, que te hará rendirte y que te quitará las ganas de luchar por algún otro objetivo durante algún tiempo, posiblemente. Es por este mismo motivo que te has de marcar un objetivo que sepas que puedes asumir, aunque te cueste conseguir, un reto que con esfuerzo, constancia y sacrificio puedas conseguir. Cuanto más te cueste, más lo valorarás! Por ejemplo, una persona que tiene un examen y la semana anterior empieza a estudiar, hasta el punto de no dormir apenas para quedarse estudiando; tiene tres opciones: puede sacar muy buena nota si es un temario de 20 páginas; puede sacar muy buena nota si es un temario de 100 páginas, pero es muy, muy, muuuy difícil (por no decir imposible) que saque buena nota si el temario es de 1.000 páginas. Por lo tanto, tus objetivos han de ser optimistas, no obstante... ¡¡¡no descuides que han de ser reales!!!

Para plantearte un buen objetivo, hemos de tener en cuenta que sea S.M.A.R.T., acrónimo inglés que te ayudará a planificar y determinar adecuadamente tu objetivo. Las siglas S.M.A.R.T. definen cinco pautas elementales que acotarán tus objetivos:

S (específico): Los objetivos han de ser claros y concretos, ya que un objetivo genérico contempla distintas acciones específicas. Por esto, para cumplir y tener bien estipulados los objetivos, estos han de tener una única acción que los determine, las cuales nos llevaran a conseguir el objetivo final.

M (mesurable): El objetivo se ha de poder medir de alguna manera, ya que necesitamos que sean cuantificables para comprobar si hemos alcanzado o no el/los objetivo/s. Quilómetros recorridos, pulsaciones, centímetros de distintas partes del cuerpo, peso que podemos levantar, o nuestro propio peso, son algunos ejemplos. Algunas veces saltará a la vista que hemos cumplido o vamos en camino de cumplir nuestro principal objetivo, pero solo lo sabremos seguro cuando lo comprobemos.

A (alcanzable): Como ya he dicho anteriormente, que suponga un reto que puedas conseguir si te lo propones.

R (realista): Relacionado con el punto anterior, y con lo dicho párrafos más arriba, tiene que ser real; seguro que todos querríamos "teletransportarnos" en algún momento de nuestra vida, pero a día de hoy -al menos aún-, no es posible...

T (temporal): Hemos de marcarnos unos plazos para poder trabajar día a día, con la finalidad de conseguirlo a tiempo. Si un objetivo no tiene plazos, se convierte en un objetivo eterno que, la mayoría de las veces, iremos aplazando y al que nunca llegaremos.

Ahora que ya tienes una idea de cómo estipular tus objetivos, dejo que te los vayas planteando. ¡El próximo día os hablaré más sobre ellos, y los iremos acotando a términos más específicos!

© 2015 Andrea Rius; Educadora, deportista y aficionada en superarse día a día.  
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