Cuanto más difícil sea el camino mayor será el éxito

Me considero una persona bastante activa, deportivamente hablando; con dos años empecé natación, a los 4 a jugar a baloncesto (compaginaba ambas aficiones), a los 9 dejé las dos anteriores y empecé a jugar a fútbol, el cual tuve que dejar un año por cuestiones personales. Ese año me apunté a atletismo en la escuela, no obstante, como no ibamos a competiciones no me gustó, y a los meses cambié a un grupo de multiactividades deportivas en el gimnasio. A los 12 volví al futbol, y desde los 14 a los 22 he compaginado el fútbol con el gimnasio y algunas sesiones de natación y atletismo.

Hace dos años, antes de mi última lesión grave, era árbitro y jugadora de fútbol, lo cual me tomaba muy en serio, pero también me suponía mucho esfuerzo. Parecerá una tontería, pero para arbitrar se han de pasar unas pruebas físicas 2-3 veces al año que, depende de la categoría, son durillas. Por lo que yo seguía un planning de entrenamiento en pista de atletismo 3-4 días por la mañana y 3 más iba al gimnasio para fortalecer el tronco superior, básicamente (tenía unos brazos como unos palillos, hasta el punto que me dolían cuando corría mucho!), Por las tardes iba a la Universidad y luego entrenaba 3 días con mi equipo, y el fin de semana arbitraba 4 partidos y jugaba uno. Además, entre semana iba a alguna clase dirigida en el gimnasio o a la piscina...mucho tute, en definitiva.

Lo peor es que...¿sabéis qué he hecho estos últimos meses? CASI NADA!!! Un grave error del que me he dado cuenta hace un tiempo, y el cual ya estoy solucionando. No lo dejé por voluntad propia, sinó porque me rompí el cuadríceps, el menisco y el L.C.A. (Ligamento Anterior Cruzado) y me tuvieron que operar, aunque en ese momento no se dieron cuenta del L.C.A. y este año me tengo que volver a operar... Con la "tontería" perdí un año, pero desde antes que me dieran el alta, como con la operación anterior, me puse a entrenar. Cuando llevas tiempo sin correr (o hacer cualquier actividad que requiera cierta intensidad), aunque lo hayas hecho toda la vida, te duele el cuerpo y notas como si las piernas no reaccionaran con esa acción, como si te pesaran mucho más de lo normal, y te vienen ganas de parar y dejarlo...pero no! Esto es lo último que se puede hacer! El cuerpo se ha de acostumbrar a los cambios y hemos de ir añadiendo intensidad y minutos día a día, sin forzar y menos rendirnos! Cuando realmente creas que puedes, y pasen los primeros 10 minutos, tu cuerpo se acostumbrará a esa estraña sensación, y es entonces cuando hemos de empezar a disfrutar del ejercicio. Toma aire, levanta la cabeza, piensa todo lo que te ha llevado a correr (o a hacer cualquier otro deporte), piensa en tus objetivos y lucha por ellos!!! Nadie te regala nada en esta vida, y sólo depende de nosotros mismos estar en forma!

Con esfuerzo, ganas y constancia todo es más fácil, y os lo digo desde mi humildre experiencia personal... De las dos operaciones que llevo, me han dado el alta en ambas dos meses antes de lo pronosticado y cuando me rompí la clavícula, no tuve ni que hacer rehabilitación! Es importantísimo ser conciente de que el cuerpo necesita estímulos para reaccionar, y que sin pasarse, podemos ir activando poco a poco, hasta llegar a nuestro punto álgido! Así que, como dirían en Italia, piano a piano y ya verás que lejos llegas! Todo es cuestión de que te lo creas y luches por ello! ¿Intentamos recuperar el tiempo perdido y ponernos a tono? Vamos, te acompaño!

© 2015 Andrea Rius; Educadora, deportista y aficionada en superarse día a día.  
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