No puedo entrenar porque... ¡Basta de excusas!  Cuando realmente quieres algo, haces todo lo que está en tus manos para conseguirlo y, cuando no, te quedas en la cama.

Dicen que 21 días son los que necesita el cuerpo para habituarse a una rutina y asimilarla como algo diario. ¡21 días no es ni un mes! Si sólo dedicáramos tres cuartos de hora al día a hacer ejercicio, en menos de 16 horas nuestro cuerpo ya habría cogido la rutina de hacer ejercicio cada día y no nos costaría tanto hacerlo. En este poco tiempo puedes andar 2-4 quilómetros, correr 5-7 kms. (siempre en función del ritmo), hacer un complejo circuito de fuerza en casa o en el gym, recorrer unos 10 kms. en bicicleta, hacer una clase dirigida o una pachanga con tus amigos, entre muchísimas otras cosas. ¿De verdad que no tienes ni 45 minutos para ponerte en forma? Sé que al principio cuesta, y lo sé de buen grado... ¡No sabes lo que me está costando levantarme para ir en bici, hacer un circuito de fuerza o un poco de trote cochinero (lo que la rodilla me permite)! Si creo que en estas últimas semanas he sudado más para coger el tren que haciendo ejercicio conscientemente... ¡Imagínate! Después de unos meses sin entrenar a diario, me da una pereza ponerme a hacer ejercicio algunos días... ¡de verdad te lo digo! He de decir que el horario del trabajo, las 3 horas de tren diarias y el dolor de rodilla tienen algo a ver, pero ninguno de estos tres aspectos justifica que me tenga que quedar sentada en una silla o en la cama. Por ello, antes de no hacer nada, salgo a pasear 30-45 minutos y luego, en casa, hago abdominales, flexiones, sentadillas y algunas series con pesas; algo bastante "light" pero que ya suma, y más sabiendo que luego me estaré 7-8 horas en pie, y terminaré corriendo para coger el tren, como siempre.

Ir corriendo al tren para no tener que esperarme una hora al siguiente me ha hecho abrir los ojos y darme cuenta de que cuando tienes un objetivo, haces todo lo que está en tus manos (o piernas, en este caso...) para conseguirlo. Cuando me toca cerrar en la tienda, no solemos salir muy puntales, por lo que casi siempre he de salir corriendo para coger el tren de las 22.30h y no tenerme que esperar al de las 23.20h, el cual no suele ir muy puntual. Muchas veces salgo sobre las 22.20h de la tienda, tengo 10 minutos para llegar y casi 2 quilómetros de recorrido, y sé que andando no llegaré, por lo que empiezo a correr. En ese momento no pienso en dolores ni en la vestimenta -nunca voy preparada para la ocasión- ni en nada más que no sea llegar a tiempo, y hago todo lo que puedo hasta que llego. Termino llevando el abrigo y el jersey en mano, y sufriendo para que el bolso o la mochila no salgan volando un día de estos, no obstante, en mi mente solo tengo "llegar antes de que salga el tren" y no me paro hasta que lo consigo. Siempre, siempre, siempre lo consigo... Es por esto que tengo tan claro que el poder de la mente es ilimitado, y que tu peor obstáculo está en la mente. ¿A caso no es verdad?

¡Si realmente quieres estar o mantenerte en forma, levanta el culo y ve a por ello! 45 minutos es la mitad de lo que tardas en hacer un café con los amigos, medio partido de fútbol, ni la mitad de una película, hasta menos tiempo que cualquier serie de televisión u ordenador que puedas ver... 45 minutos son los que cada día te sobran, como mínimo, y los que te servirán, si tú quieres, a estar en forma. Recuerda que tú, tú y solo tú puedes construir tu futuro y establecer el camino para llegar a tus objetivos. Tal vez tu camino será más largo o, incluso, más difícil que otros caminos, pero si de verdad deseas llegar a la meta harás todo para conseguirlo. Seguramente te encontrarás con obstáculos, te perderás, pasarás por el mismo punto del recorrido distintas veces, tendrás ganas de abandonar, te sentirás frustrado/a al ver que apenas avanzas, te dará pereza, y todo lo que tú quieras; no obstante, cada obstáculo, cada punto del recorrido repetido y cada retroceso te hará más fuerte, más consciente de lo que haces y te dará más seguridad para seguir avanzando. A veces un paso atrás son dos hacia delante, y cuanto más largo, difícil y complejo sea el recorrido, mejor te sabrá el éxito. Así que, confía en ti, márcate un objetivo y empieza a derrumbar muros, que tu bienestar solo depende de ti mismo y solo tú puedes decidir hasta donde quieres llegar.

¡¡¡La pereza es sólo la excusa que ponemos cuando no queremos hacer nada para llegar más lejos de donde estamos!!!

© 2015 Andrea Rius; Educadora, deportista y aficionada en superarse día a día.  
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