Gofres fit con toque al gusto

¿Quién no ha comido nunca un gofre? ¿Quién no se ha tenido que aguantar las ganas de saborear uno al ver como alguien se lo comía cerca y nos rodeaba su dulce aroma? El gofre, esa dulce tentación que podrás comerte cada día si escoges esta variante fit.

La verdad es que yo nunca había sido demasiado amante de los gofres, de hecho, hasta los 12-13 años no probé el primero (fue de esos que se ponen un minuto en el microondas y listo). Por aquel entonces, el gofre recalentado no me gustó demasiado, pero con el paso de los años, lo volví a probar recién hecho, y aquello no tenía nada que ver con el anterior. Eso sí, no dejaba de ser una bomba de calorías de la que en contadas situaciones podía disfrutar.

Desde hace unos meses que sigo distintos amantes (por decirlo de alguna manera) del fitness, y con ellos he podido probar y comprobar diferentes recetas de gofres que no tienen nada que envidiar a la original y que, además (y lo más importante), se pueden consumir a diario sin sufrir por mantener la línea. Es por esto que, desde mi humilde web, os quiero explicar mi versión personal. ¿Preparados para empezar a apuntar?


NECESITAREMOS (PARA UNA PORCIÓN):

- Gofrera.

- Mezclador, bol, tenedor y/o instrumento para mezclar los ingredientes.

- Un poco de aceite (de oliva, de coco o el que quieras) o mantequilla.

- Pizca de levadura -opcional-.

- Tres cucharadas soperas de harina de avena (o la harina que uses habitualmente).

- Dos o tres claras de huevo.

- Una cucharada sopera de queso fresco batido 0%.

- Una o dos cucharaditas de edulcorante (Stevia o sacarina, preferiblemente).

- Canela al gusto.

- Topping opcional (chocolate, caramelo, canela, fruta, etc.).

Gofres con toque de canela y fruta a dados
Gofres con toque de canela y fruta a dados

PASOS A SEGUIR:

- Lo primero que debes hacer es untar la gofrera con un poco de aceite o de mantequilla, y quitar el exceso con un trozo de papel de cocina. De esta manera evitaremos que se nos peguen los gofres a la gofrera.  IMPORTANTE: hazlo antes de encender la gofrera (parecerá una tontería, pero yo casi me quemo un dedo...).

- A continuación mezclaremos en un bol, shaker o similar, la harina, las claras de huevo y el queso fresco, hasta conseguir una mezcla bien homogénea.

- Cuando tengas la mezcla hecha, cátala y determina cuanto edulcorante le tendrás que añadir. Tal vez consideres que nada o, tal vez, piensas que hace falta mucho. En todo caso, es tu momento y tú mismo/a debes decidir la cantidad más apropiada. 

- Cuando termines de añadir el edulcorante, le tendrás que añadir una pizca de levadura y mezclar,  otra vez, la masa. 

- Después de mezclar todos los ingredientes, verteremos la mezcla sobre la gofrera, repartida equitativamente por toda la superficie (si hace falta, haces dos masas).

- Dejamos que el gofre cobre volumen y, cuando veamos que parece hecho, lo pinchamos con un palillo/tenedor/cuchillo para comprobar que la masa esté hecha (si el palillo sale limpio, querrá decir que está hecha). De ser así, ya lo podríamos emplatar. En caso contrario, deberíamos dejarlo unos minutos más en la gofrera.

- Para terminar, retiramos la masa de la gofrera, la emplatamos y le ponemos por encima todo aquello que consideremos (sin pasarse, que hacer un gofre fit para ponerle 500 Kcal. encima sería incoherente...), y... ¡a comer!


© 2015 Andrea Rius; Educadora, deportista y aficionada en superarse día a día.  
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